A estas alturas de la vida, no quiero decir que me considere mayor pero........ el derroche de la juventud hace ya tiempo que paso, aún siento ese empuje de vitalidad que unos años atras me llevo a vivir mi vida como si fuese la unica de que dispongo, unas veces con mejor fortuna y otras, las que menos, con peor resultado.
El devenir de los años me ha dado mesura, equilibrio, tranquilidad e incluso a veces paciencia y la sabiduria necesaria para entender que un monton de virtudes esperan ser descubiertas en detrimento de mis defectos, que todavia se me antojan demasiados.
Por todo eso y un monton de cosas mas que la vida tiene de buena, intentare seguir manteniendo mi espiritu intacto, joven y libre, con la unica finalidad de preservar esa vitalidad que me permita " vivir para ver y ver para creer "
Bienvenidos

viernes, 21 de diciembre de 2012

OTRA VEZ POR GADEA

Así empieza un día de bloke.
         Pues repetimos día de bloque en Santa Gadea, cada día que vamos tenemos mas problemas pendientes, así que esto empieza a parecerse a una peregrinación. No fue un día frío pero si húmedo, lo bastante húmedo como para notarse en la roca, a pesar de todo lo intentamos unos con mayor fortuna que otros, entre los que estaba yo, que me salio un día malo, malo, en el que no conseguí encadenar nada mas que los blokes de calentar, en fin tendré que perseverar........ y entrenar mas.

Arqueando regletas.
 
Abrazado a la fortuna.
   Así que en vistas del resultado que estaba obteniendo me desfogue físicamente en unos cuantos pegues a un par de problemas que me venían grandes y me dedique a fotografiar a los que apretaron bien.

Problemas pendientes para todos.

Mas problemas por resolver.
     Lo que si salio bien, como siempre, fueron las risas y las bromas, y por supuesto la cerveza que resolví, al primer intento y sin titubeos, al lado de la estufa del bar del pueblo.
   
La arenisca de Santa Gadea, un placer para el tacto.
        Con tanto problema pendiente y tanta motivacion solo se puede hacer una cosa, ya tengo todo preparado para mañana, los amigos también, así que pasaremos el finde, como no, acariciando la roca de Santa Gadea. Allá vamos.    

jueves, 13 de diciembre de 2012

SANTA GADEA

El amanecer prometía.
       El día en Bilbao comienza prometedor, con buenos augurios me acerco a Santa Gadea con intención de blokar un poco con los amigos del Furacu Blok. Según me voy aproximando al destino, el tiempo a la vez que mi humor, empeora ostensiblemente, ya hace demasiado tiempo que no salgo y tiene toda la pinta de que el día se va a arruinar. Llegando al pueblo alguna tímida gota pretende advertirme pero no le hago caso, aun tengo demasiadas ganas como para que unas pocas gotas me preocupen. Al llegar al parking me reciben la niebla y el viento, ahora empiezo a estar preocupado, un whatsapp a Gumo previniendole del mal tiempo y ya me veo en el bar, su contestación esta llena de optimismo y consigue encender mi llama nuevamente, en cinco minutos llegan y nos lanzamos ladera abajo con las colchos a la espalda.
 
Tratando de entrar en calor alguno se encendió.
       Buscamos unos pasos fáciles para calentar y lo intentamos, la roca tiene buen tacto y no esta húmeda salvo en unos pocos sitios. Al fin conseguimos entonar el cuerpo y empezar a probar bloques, unos van saliendo y otros serán una bonita asignatura pendiente para la próxima semana. La temperatura ronda los 2 grados y eso se nota bastante, no podemos parar casi ni a comer un bocado pues en cinco minutos estas frío y hay que volver a calentar para seguir probando pasos.

Solo el encontró el tacto para llevárselo a casa.
       Pues así aguantamos el día entre frío y pegues, un día que casi me pareció perfecto a no ser por unos pequeños detalles, la niebla, el frío, el viento, lo que sufrimos, nada que nuestra motivacion no pudiese sobrellevar. Después de un café en el bar del pueblo, donde arreglamos algunos de los problemas de la sociedad, por no decir casi todos, tocaba regresar a casa, así que al coche con la calefacción para encontrar la temperatura perdida durante el día. Buenos pensamientos para un día que prometía y del que, aunque no quiso, sacamos mas de lo esperado. Las yemas de los dedos ardiendo por los apretones y los cerillazos y la sangre hirviendo en las venas por las buenas sensaciones de sentir nuevamente la piel contra la piedra.

Al resto se nos atravesó.
   

jueves, 11 de octubre de 2012

SOPA DE VIVAC

     
       Hace unos días termine de leer " Montañas de una Vida " del legendario Walter Bonatti. No voy a contar aquí nada acerca de su vida ni de sus gestas alpinas, todo lo que dijese seria poco y no haría honor a su nombre. Del libro solo diré que esta repleto de tensión y que la narración de sus aventuras esta llena de la misma pasión que ponía en sus ascensiones. La palabra vivac tiene en Bonatti su máxima expresión y no puedo evitar, salvando las distancias y eludiendo hacer comparaciones, recordar algunos de los que me tocaron a mi. De entre ellos, hay uno que sin duda recuerdo especialmente.

       Mi compañero de cordada por aquel entonces era el piloñes José Ramón Ureta, Pepe o Pepin para los amigos, que junto con mi padre son, sin desmerecer a nadie, las mejores personas con las que atarse a una cuerda de escalada. Sus cualidades como escalador, aparte de burru como un arau, son abundantes, la fuerza, la tenacidad y la valentía están entre ellas, haciendo de el, el compañero ideal para afrontar escaladas de dificultad. A mediados de los noventa, después de numerosas ascensiones juntos, en los Picos de Europa y Pirineos, consideramos que estábamos preparados para iniciarnos en las escaladas alpinas y sus duras condiciones.
 
       Dejamos atrás el teleferico de la Aiguille du Midi y su siempre masificada arista de descenso al glaciar, atravesamos el Vallée Blanche bajo un Sol de justicia, aplastados por unas pesadas mochilas en las que a buen seguro, debido a nuestra inexperiencia alpina, llevábamos mas cosas de las necesarias. Nuestro objetivo era el mítico Couloir Gervasutti, una vez llegamos a su base buscamos un sitio seguro, al abrigo de un espolón rocoso, para preparar el vivac. Cavamos una amplia plataforma en la nieve donde colocamos las mochilas y nuestros sacos sobre las esterillas. Aun era de día, pero el frío era intenso, mientras contemplábamos aquellas montañas rememorando viejas hazañas de míticos escaladores cuyos nombres evocan el mejor y mas puro alpinismo clásico.

La sopa y yo.
        Al atardecer el cielo se cubrió con un velo gris, nos metimos en los sacos para preparar la cena antes de la noche, una sopa iría bien para coger temperatura, derretimos nieve, añadimos el contenido del sobre y cuando al fin la sopa hervía, las nubes comenzaron a dejar caer pocos y pequeños granizos, al principio alguno caía en la sopa y nos hacia gracia, pero la tormenta arrecio y los pocos fueron muchos y los pequeños grandes. Así que, cuestión de probabilidades, cada vez entraban mas en la cacerola que incluso a veces se tambaleaba por algún impacto mientras la sopa saltaba por todos lados, ahora ya no nos hacia ninguna gracia. Tuvimos que imitar a las avestruces, metiendo nuestras cabezas en los sacos, hasta que después de diez minutos, al fin, amaino. Nuestra sopa se había quedado en la mitad, tibia y aguada, la calentamos de nuevo y pudimos terminar de cenar justo cuando la tormenta arreciaba nuevamente, a la siguiente granizada siguió otra y a esta otras mas, acurrucados en los sacos sentíamos los golpes y el constante ruido del granizo.

La sopa y Pepe.
        Sobre la medianoche el cielo se calmo un poco, arriba el viento soplaba en las aristas y abajo nos sentíamos seguros. Un tremendo estallido nos hizo pensar en los inestables seracs de la salida del corredor, pero no eran estos los que descendían pendiente abajo, era el granizo acumulado en todas partes deslizándose a toda velocidad por la canal, arrollando todo a su paso, nosotros estábamos protegidos tras el enorme cono de nieve de la morrena seguros en nuestros sacos, seguros pero algo asustados por todos aquellos ruidos en la noche producidos por el granizo, el viento, la tormenta y la montaña. La noche dio paso al alba y las nubes al cielo despejado, así, cansados de la noche salimos tarde de los sacos de dormir. La montaña sacudía aun el granizo de la noche, mientras desayunabamos varias coladas de nieve,hielo y rocas se deslizaban corredor abajo y nosotros decidimos dejar esa fría canal para otra ocasión y encaminamos nuestros pasos hacia la mas cálida Arista de los Cosmicos, a estas horas bañada por los rayos de Sol que daban al granito de la Aiguille du Midi un increíble color anaranjado. Cansados del vivac atravesamos de nuevo el Vallée Blanche  hacia el inicio de la arista, fue un buen día de escalada, pero.......... esto es el inicio de otra bonita historia.

Los inicios como compañeros de cordada, cumbre del Picu. Una imagen para el recuerdo.

jueves, 27 de septiembre de 2012

PIRINEO ESTRESS, MOMENTOS.

   Cuando me dispongo a actualizar el Blog y tengo que decidir que fotografías poner siempre se me presenta una ardua tarea. He de escoger de entre las que tengo aquellas que me transmitan el momento en que fueron tomadas, que mas se adecuen a lo que escribo, que mejor queden visualmente, etc,  de esta preseleccion quedaran un máximo de seis a ocho, que son la mitad o menos. Que pasa con el resto? pues las desestimo sin mas, quedan archivadas en la carpeta correspondiente. Pero esta vez había muchas fotos con momento y no quería que se quedasen en el tintero de la memoria digital. Puede que no sean las mejores fotos de esta salida pero tienen el momento en el que yo quería estar.

        La subida a los ibones de Coronas tiene un fuerte desnivel, aquí fue donde empezó realmente esta salida, partimos del valle y entramos en la alta montaña con todo lo que está representa para mi.

         El cobijo que conseguimos bajo esta gran piedra fue lo suficiente para pasar la noche sin comodidad, fue sin duda un vivac doloroso para el cuerpo, no así para la mente.

        Cuando el amanecer no es quien te sorprende a ti y eres tu mismo el que lo espera a el, es el comienzo de un fructífero y maravilloso día en la montaña.

           Después de sopesar los riesgos avanzamos con calma y sin miedos, seguros de lo que estábamos haciendo, sin permitir que el peso histórico del paso de Mahoma nos oprimiese accedimos a la cumbre.

        Los glaciares y sus grietas son reflejo de lo vivido, aun recuerdo claramente mi primer glaciar y como al pisarlo sentí que estaba vivo.

        Hace veinticinco años me agarraba a estas mismas cadenas en compañía de mi padre, en mi mente persiste el modo en que aprendimos a sentir y a respetar la montaña.

       Conocerse bien a uno mismo es a veces la clave, llegar a la escupidera es duro pero si la mente no te traiciona sera un paseo del que disfrutar.

         La cumbre siempre es un lugar mágico y contradictorio, el descubrimiento, la paz por lo conseguido, algo que termina y algo que empieza.

        Estos fueron mis pequeños momentos.

PIRINEO ESTRESS

Así empiezan las cosas buenas, entre amigos, al Sol.
          Por un motivo o por otro nuestra ansiada salida al Pirineo se había ido retrasando, lo que iban a ser unos cuantos días se convirtieron en unos pocos días, pero una vez que nos pusimos en marcha teníamos claro que no íbamos a parar, debíamos sacar el máximo rendimiento a nuestras noventa y seis horas de águilas en los Pirineos.
         Salimos pronto de casa y en cinco horas de coche y amena conversacion entrabamos en el pirenaico pueblo de Benasque, ultimas compras, alquiler de piolets y crampones para el glaciar, comer y al monte. Después de que nos aplicasen el impuesto democrático con el precio del autobús y una vez que este se fue al fin estábamos solos, nosotros y la montaña, fuera de temporada todo es mas tranquilo, se termina la masificacion, podemos disfrutar los paisajes en su estado mas puro y en su idioma, el silencio. En tres horas de marcha llegamos a los ibones de Coronas, donde dormiríamos, unos mas que otros, buscamos un buen sitio de vivac y devoramos la cena, tanto por el hambre que teníamos como por el frio que empezaba a hacer. Nos acostamos y cuando ya entrabamos en calor dentro de nuestros sacos la voz de Kiko me saca de mi sopor, Ser: llueve? !!!!!! Si, contesto alargando una mano fuera y notando que el saco esta totalmente húmedo por un pertinaz orbayu, aderezado con viento del norte que se descuelga directamente del Aneto, auyando y cogiendo velocidad a través del collado de Coronas. Tiritando en medio de la gélida noche buscamos cobijo debajo de una gran piedra que no tenia ni el mas mínimo sitio plano donde acostarnos, así pasamos el resto de la noche, entre piedras. Madrugamos intentando imitar a los grandes alpinistas y desayunamos rápidamente con gana de meternos en faena.
Saliendo del glaciar hacia la cumbre.
     
        Comenzamos con tanto ímpetu que pronto alcanzamos el collado y el glaciar del Aneto, o lo que queda de el,  nos ponemos los crampones y cambiamos bastones por piolets. Avanzamos seguros sintiendo el mordisco del acero sobre la superficie helada, tras el hielo vienen las ultimas rampas rocosas, nos quitamos los crampones y vamos al encuentro de las ultimas dificultades que aquí tienen nombre propio, el paso de Mahoma. Llegamos frente a el, al Este el Sol calentaba las montañas, al Oeste las sombras aun daban paso al día. La niebla y las bajas temperaturas de la noche habían tapizado toda la cara norte de este famoso paso con una fantástica coraza de cristales de hielo. Una vez que analizamos las dificultades y características  de este tramo ascendimos sin mas problema que el disfrutar de este trozo de arista que nos depositaria en la cumbre del Aneto.
El paso de Mahoma
En la cumbre del Aneto, por cierto una ferretería innecesaria.
         Pasamos un buen rato en la cumbre, aprovechando la soledad para hacer fotos y maravillarnos por las vistas desde esta atalaya, templamos nuestros cuerpos al Sol y comimos algo antes de encaminar nuestros pasos hacia el glaciar pasando nuevamente por el paso de Mahoma que se encontraba en mejores condiciones que a la subida pues el calor había desprendido parte del hielo que cubría la roca.
Si la montaña no viene a Mahoma ..............
        Si el ascenso al Aneto por Coronas nos había parecido relativamente sencillo y llevadero, no iba a suceder lo mismo con el regreso por la Renclusa, largo y caótico además de duro nos exigió una dosis extra de tenacidad. El glaciar es mayor de lo que pudiera parecer y cruzarlo con seguridad lleva su tiempo, luego un inmenso caos de gigantescos bloques de granito obligan a una tensión constante en las piernas y cuando por fin subes al paso del portillon superior llegas a ver todo lo que te resta hasta el refugio de la Renclusa y mas abajo al autobús, un verdadero mundo del que es difícil salir incluso trotando, verdad amigo Kiko?. Una vez abajo todo es sencillo, la vida después de una dura actividad es simple, lavarse en el río, ponerse ropa limpia, tomar cerveza fresca, cenar a base de pasta acompañada de abundante vino y acostarse lo antes posible, aunque el día siguiente sea de descanso el nuestro sera activo.
       Después de desayunar y para ir estirando los músculos hicimos la vía ferrata de la Foradada del Toscar, nos fuimos a comer a Broto ya en la entrada del valle de Ordesa y después del café hicimos la vía ferrata del Sorrosal para ya por la tarde pasear tranquilamente por las callejuelas empedradas de Torla y pensar en la ascensión al Monte Perdido.
       Al principio organizamos la excursión para dos días, una aproximacion para dormir por encima del refugio de Goriz con la intención de llevar ventaja a los montañeros que pernoctan en él y el segundo día para hacer cumbre y bajar tranquilamente a la vida simple y sencilla. Tras consultar la meteo, que no esta clara para el segundo día, decidimos que el Perdido es cosa de hombres así que subiremos en el día. Reorganizamos la mochila mientras sopesamos los pros y los contras de esta decisión, cantidad de comida, ropa de abrigo, ligereza en el ataque, dureza de la salida. Solo tenemos una cosa clara, estamos aquí dispuestos a dar el cien por cien de nuestras capacidades y la apuesta no va a ser menor. Después de que el agua, la del riego automático de los jardines del parking y no la de la lluvia, nos estropease de nuevo la noche nos levantamos a las cinco de la mañana para desayunar y estar preparados a tiempo de subir al primer autobús hacia la pradera de Ordesa donde iniciaríamos nuestra andadura.
Vistas desde Soaso hacia el Monte Perdido.
      A la luz del frontal empezamos un día que se presenta bastante duro y largo, en pleno bosque amanece y al llegar a Soaso es totalmente de día, pasamos la cascada de la cola de caballo y subimos por las clavijas de Soaso con intención de ganar tiempo. Al llegar al refugio todavía hay gente que parte hacia la cumbre, así que después de unos bocados salimos tras ellos, adelantando todavía a algunos vamos enfilando nuestros pasos hacia el objetivo del día.
El lago helado y el cilindro de Marmorés 
        El lago helado nos permite ver la ultima parte de la ascensión, la temida escupidera, temida en invierno pues es un tobogan hacia el desastre en caso de caída, ahora es un pedregal sin ningún tipo de complicacion salvo la de llevar un largo camino sobre las piernas. Superada esa inmensa rampa y sin mas, se accede a la sencilla cumbre del Monte Perdido, no exenta de amplias y espectaculares vistas.
         
 Como es de rigor en la cumbre fotos y algo de comida para encarar un descenso maratoniano detrás de Basi y de Kiko que consiguieron con ese ritmo dejar el reloj parado en once horas y media de actividad para treinta y dos kilómetros de recorrido y dos mil metros de desnivel positivos y los consiguientes negativos de desnivel, vaya que cuando llegue a la pradera de Ordesa mis piernas no se lo creían. Ahora ya todo tendría que haber sido sencillo pero el día tenia una ultima sorpresa para nosotros, al llegar al río a remojarnos se desata una tormenta tremenda con aparato eléctrico y agua a calderaos, Basi y yo permanecemos atónitos en el coche mientras Kiko como si no fuera con el se lavaba en el río tranquilamente. En vistas de que no tiene pinta de parar para bañarnos y de que la pinta es peor para dormir decidimos meternos tres horas de coche y por fin ducharnos, comer y descansar cómodamente en casa.
    Esto fue lo que dieron de si estos cuatro días en los Pirineos, concentrado de actividades y emociones con buenos amigos dando lo mejor de si mismos. Tendremos que preparar la próxima, se nos echa el tiempo encima.
  Abrazos compañeros.
     

sábado, 25 de agosto de 2012

POR TRESVISO

         Aunque se esperaba un día excesivamente caluroso, decidimos salir a caminar con la intención de hacer unos cuantos metros de desnivel  y rematar así la preparación para nuestra próxima salida al Aneto. La subida a Tresviso desde Urdon nos va a ofrecer la parte dura de la excursión y la complementaremos con una parte mas lúdica que nos ofrecerá la Pasá del Picayo hasta San Esteban con unas increíbles vistas dignas de experimentar.
Así se gana el desnivel hacia Tresviso.
         Madrugamos lo justo para que el calor no fuese un tormento, lo conseguimos pues para cuando el Sol quiso salir ya habíamos completado la mitad del desnivel, aunque nos toco aun sudar bastante ya que de por si el día seria muy caluroso. Avanzamos rápido dejando atrás las infinitas vueltas y revueltas que jalonan este recorrido, los buenos paisajes que nos da la perspectiva de la altura nos hace entender que nos acercamos al famoso Balcón de Pilatos, punto alto de unos impresionantes cortados cerca ya del pueblo cántabro de Tresviso, que ciertamente es balcón pero todavía no se que tiene que ver el tal Pilatos en todo esto.
El equipo del Aneto llegando a Tresviso.
      Callejear por el pueblo a estas horas tempranas es un placer, los rayos de Sol aun sesgados dan un color especial a sus calles empedradas y las cocinas de leña impregnan el aire de un olor característico, olor a comida rica, olor de aldea, olor de amabilidad. Pasamos por delante de la casa de " la guela de Patri " y Kiko de un vozarron saludo los buenos días, a lo que la señora contesto desde dentro, no tardando en salir a hablar con tan inesperada visita. No nos queríamos entretener mas de la cuenta, yo tenia gana-necesidad de desayunar " quesu " y queríamos ir al bar, razón que no convenció a la señora para dejarnos ir, así que en menos que canta un "gallu de Tresvisu " estábamos los tres sentados al lado de la chapa de la cocina comiendo un buen " quesu " y un poco de vino, que yo especialmente agradecí pues me hizo quitar el "chinchu de quesu " que tenia.
La pota en la chapa, como debe ser.
         Proseguimos la marcha con espíritu renovado. El camino apenas gana desnivel y nos acerca a unas inclinadas canales que caen casi verticalmente sobre el río Deva, vamos sorteandolas con pequeñas subidas y bajadas para esquivar los continuos espolones que nos encontramos hasta llegar a una larga bajada que nos llevara al pueblo de San Esteban después de atravesar un bonito e inesperado bosque de Castaños y Robles.
Las canales y espolones del camino.
             Llegamos al coche y bajamos al pueblo de La Hermida a hidratarnos con unas cervezas frescas para después ir a remojar nuestros huesos a las aguas termales, donde nos sumergimos durante una hora y de donde salimos mas arrugados que pasas.
            Solo nos queda esperar que estas ultimas salidas de entrenamiento lo hayan sido tal y como esperamos, para afrontar con alegría los metros de desnivel que nos separan de la cumbre del Aneto. Como el descanso también es parte de un buen entrenamiento yo me voy esta tarde a Ibiza a seguir entrenando, seguiremos informando rapazos.


miércoles, 22 de agosto de 2012

LLAMBRION


La Madejuno-Tiro Llago.
           La ascensión al Llambrion siempre esta envuelta en un pequeño halo de misterio debido a la existencia de varios pasos delicados en todos sus caminos, a pesar de parecer la típica gran montaña que se sube caminando siempre nos obligara a utilizar las manos ( además de los pies ) para permitirnos llegar a su cumbre. Todos conocemos, o habremos escuchado, historias de montañeros que no superan alguna de sus llambrias o espolones y se quedan, a escasos metros de la codiciada cima, en la cresta final o incluso en el famoso paso de Tiro Callejo, ahora equipado con una cuerda fija, menos mal que tiene nudos. Este es el aura de incertidumbre que adorna la segunda montaña mas alta de los Picos de Europa.

La cima desde el Jou Trasllambrion.
         Esta vez nos hicimos los comodones y después de dormir tranquilamente en la estación inferior de Fuente De subimos en el teleferico, emprendemos la marcha hacia la Horcadina de Covarrobles donde habíamos quedado con Edu, que aun anda probando su pie después de rompérselo en las manifestaciones mineras en Madrid. Después de unas fuertes rampas el camino desciende un poco para pasar en travesía bajo la formidable pared Sur del pico de los Horcados Rojos, llegamos así al refugio de Cabaña Verónica ( este lugar nunca sera el mismo sin Mariano ) nos deleitamos con las vistas y rápidamente nos dirigimos por agrestes parajes a la Collada Blanca, antesala de la alta montaña y fuera ya de los circuitos masificados. Tras ascender todo el jou, esquivando pequeños neveros que aun se mantienen para regocijo de los rebecos, al fin nos damos de bruces contra los últimos contrafuertes, toca guardar los bastones, utilizar las manos y prestar especial atención a todo lo que hacemos y a cada paso que damos.


Edu alcanzando la arista cimera.
        Iniciamos la trepada, de unos cincuenta metros, por una canal que se estrecha hasta convertirse en chimenea, donde un paso atlético, que nos obliga a derrochar un poco de coraje, nos deposita en un pequeño nicho a unos cuatro metros de la arista cimera, que alcanzamos al superar el paso mas comprometido de la ruta, mas por lo aéreo que por lo difícil. En la cumbre risas y cambios de impresiones, comida y abrigo, que aquí no llega la ola de calor.

El grupo del Torrecerredo.
         Las vistas son magnificas, tenemos buena visibilidad y eso hace que nos pasemos un buen rato en la cumbre deleitándonos con la magnitud del paisaje por disfrutar.

Mirando al Picu, tremendo paisaje.
          Con pocas ganas, debido a lo bien que estábamos en la cumbre, iniciamos el descenso por la arista, despacito y con buena letra ya que aquí se concentran varios pasos delicados, varios destrepes, flanqueos y trepadas nos llevan hasta el pequeño collado que separa el jou Trasllambrion del jou del Llambrion, donde el grupo se separaría, unos hacia Cabaña Verónica y otros hacia Collado Jermoso.

Uno de los destrepes.
         
    













Avanzando por la arista.

                                                                                                                                                                      
       Tras la despedida continuamos el descenso por una canal considerablemente inclinada y que nos llevaría al paso mas temido, el del Tiro Callejo, prestando atención y uno a uno nos fuimos descolgando por la cuerda hasta llegar al pedreru que baja directo a Collado Jermoso, donde veíamos el refugio y la collada con vistas a Peña Santa que lo preside, uno de los mejores atardeceres de Picos junto al de la Collada del Agua en el Jou de los Cabrones.
El paso del Tiro Callejo y su cuerda.
      En las inmediaciones del refugio y sin llegar a el giramos a la izquierda para dirigirnos a la Vega de Liordes, pasando antes entre el Llagu Bajeru y el Cimeru. Comemos algo ( mas, ja, ja ) cerca de los Tornos de Liordes y antes de meternos en la capa de nubes que defendían la canal. Un montón de metros y de curvas interminables por esta canal nos devuelven al aparcamiento de Fuente De donde nos tomamos una merecida y fresca cerveza. Con la mente en la siguiente excursión cada uno retoma el camino de su casa, excepto yo, que este día tengo la suerte de que Su esta en Potes y tiene reservada una de las mejores mesas de un bonito restaurante con vistas. Que dura puede llegar a ser la vida de los montañeros...........

Jermoso y Peña Santa, el atardecer eterno.
            Salud y buenos alimentos.

lunes, 20 de agosto de 2012

TORRECERREDO

La silueta perfecta.
        Este cuatro de Agosto salimos temprano de Pandebano con la intencion de ir al Jou de los Cabrones y bajar por Amuesa a Bulnes y luego a Poncebos, en una hora y media estabamos comiendo y bebiendo en la vega ( de Urriello, por supuesto ) habiamos ahorrado media hora sobre el horario previsto, salimos hacia el refugio del Jou de los Cabrones y en la collada Arenera habiamos ganado otra media hora, soplaba un viento gelido y Kiko queria protegerse de el saliendo rapidamente hacia el refugio, a mi el frio no me importaba y en mi mente habia una pregunta, llame a Kiko a mi lado y entre rafaga y rafaga le dije, que somos, hombres o de Gorliz? me miro con asombro,frio y deseoso de saber mas, a la siguiente rafaga le espete, vamos al Torre? su sonrisa fue todo lo que dijo, no hacia falta mas. Avanzamos rapidos sobre las llambrias que nos abrian el paso al Jou de Cerredo, un bocado y a por las rampas cimeras por las que ascendimos como el viento y casi sin darnos cuenta llegabamos a la cumbre, un abrazo de amigos es todo lo que nos hizo falta para disfrutar de la cumbre, bueno eso y unos pimientos de casa para comer.

El suculento menu de cumbre.
Sonrientes en el Torrecerredo.
      El tiempo inestable hizo que la comida en la cumbre fuese breve. Salimos hacia abajo rapidamente, o todo lo rapidamente que se puede en los primeros metros de delicado descenso, el Jou Cerredo da paso a un maravilloso Jou, donde se concentra toda la esencia de los Picos, el Negru, caos estable y la belleza en estado puro, piedra viva y la fuerza de la naturaleza concentrada, para mi uno de los mejores lugares de todos los Picos de Europa.

Jou Negru, nieve y roca.
       Desde el Jou Negru bajamos por el pedreru ( Llerau ) directos al Jou de los Cabrones. Ya en el refugio tomamos  una cerveza con Emilio, el guarda, pero el cielo comenzo a amenazar agua asi que encaminamos nuestros pasos hacia Amuesa con la intencion de no mojarnos, al menos mas de los necesario. Nos adentramos en la capa de nubes y salimos de ella justo antes de llegar a Amuesa, al tiempo que las primeras gotas caian sobre nuestras cabezas, intentamos acelerar el paso pero la piedra y la tierra ya mojadas estaban  patinosas en exceso. Asi que aminoramos un poco el ritmo, justo hasta llegar a media canal donde uno puede bajar deslizandose por el pedreru, o lo que es lo mismo surfear el llerau.

El surfer del llerau.
        Despues de Bulnes, el suelo comienza a secar y podemos retomar la velocidad de crucero y bajar trotando hasta Poncebos a donde llegamos cansadetes pero sumamente contentos por esta buena actividad y por esta cumbre que a mi buen amigo Kiko se le habia resistido en un intento anterior. Caminar da para hablar mucho y para hacer mas planes aun, asi que la proxima salida ya estaba en marcha antes de haber terminado esta.

viernes, 3 de agosto de 2012

FERRATEANDO

      Aprovechando cuatro días festivos en Bizkaia, nos pegamos una escapada a Pirineos para hacer alguna ferrata nueva y de paso desconectar del p......... trabajo y de la rutina. El Sábado nos acercamos a pasar el día con unos amigos a Murillo de Gallego, pueblo que tiene unas maravillosas vistas de los famosos Mayos de Riglos. Unos baños en la piscina municipal acompañados de unos Mojitos son suficiente para hacer hambre para la cena, después es imprescindible salir a tomar unos tragos al agropub local " El Embudo" ambiente distendido y alternativo donde los haya.

El palomo en la canal.........
     Nos levantamos sin madrugar y después de desayunar fuimos a por nuestro primer objetivo, la vía ferrata de la Canal del Palomo. Se encuentra en los alrededores del pantano de Vadiello y muy cercana a Huesca, asciende como su nombre indica por una canal, profunda y marcada entre impresionantes muros rocosos. El principio de su historia comienza en los años cincuenta, siendo así uno de los primeros recorridos de este tipo en España, cuando un grupo de jóvenes oscenses se descolgaron a lo largo de esta canal clavando grandes clavijas de hierro donde asirse, ahora las usamos para el ascenso convenientemente asegurados por una buena linea de vida.

En los tubos erosionados por el agua.
     Muy buen ambiente y paisaje espectacular, nada habitual para una vía ferrata al no desarrollarse a través de una pared si no a lo largo de un barranco bien marcado por la erosión y el paso del agua a lo largo de los años.
    En las proximidades de Benasque se encuentran nuestros dos proximos objetivos, así que dormimos en este conocido pueblo pirenaico a la sombra del Aneto, bullicioso y cargado de esencia de montaña.

Ferrateo en estado puro.
     Por la mañana y después de reponer fuerzas a base de un buen desayuno de buffet, sin pasarse que luego me sienta mal, nos dirigimos a la ferrata de Castellaso que se encuentra en una antigua cantera en el pueblo de Sesue. Corta y sencilla pero con unos muros finales que no defraudan y a los que se llega tras superar unos pequeños pero llamativos desplomes. Un cómodo descenso nos devuelve al coche donde nos desprendemos del arnés, el casco y demás artilugios incómodos, un cambio de camiseta y a por la próxima, la Foradada del Toscar.
Travesía a la sombra.
   A esas horas del día el calor era insoportable y la aproximacion, aunque de solo veinte minutos, hizo correr ríos de sudor por nuestros cuerpos. La vía recorre una sucesión de agujas que forman una estrecha y caótica crestería, así tras comenzar el primer muro al Sol, pasamos a un tubo vertical a la sombra y de este a una arista donde corría una leve brisa que fue suficiente para permitirnos regular la temperatura.

Travesía al Sol.
    Lo caótico de las formaciones rocosas aportan a esta ferrata una gran variedad de pasajes y de diferentes sistemas para su superación, travesias, puentes de cable y tibetanos, destrepes, etc.
Cuidadin que voyyyyyyyyyy
      El final se nos hizo un poco largo, por el excesivo calor y por lo largo de su parte final, demasiado sencilla para aportar algo a una ferrata realmente increíble, una de las mejores, completa y variada.
      Tras este largo día fuimos a dormir a Broto, montamos nuestro pequeño campamento itinerante, nos dimos una ducha y cenamos un buen plato de pasta con tomate casero, pero casero de verdad, de nuestra huerta. Tras unos chupitos caímos rendidos en busca del sueño reparador y la mañana nos despertó con unas revoltosas ardillas correteando entre las ramas de las hayas.

De escalera a escalera y tiro por que me toca.

 A las afueras del pueblo esta la cascada del Sorrosal y por su pared izquierda transcurre una vía ferrata peculiar por su recorrido, supera un muro inicial por una sucesión de escaleras en lugar de los típicos escalones que dan un punto mas aéreo a la estructura, para luego adentrarse en un túnel por donde corre el agua de una acequia destinada al regadío y finalmente salir al cauce del barranco del Sorrosal al inicio de sus dos rapeles mas espectaculares, se atraviesa el cauce por un puente formado por un tronco y se gana la arista final que nos deposita en unas cómodas travesias y por ellas al descenso a través del bosque
Ese flash, que no veo donde pongo el pie.
     Como nos dijeron unos chicos que nos encontramos en la ferrata de Castellaso y que muy amablemente nos dejaron pasar, este fin de semana, empacho de ferratas. Volvimos contentos a casa, todos los planes salieron a la perfección y las actividades que realizamos fueron sin duda excelentes, todas y cada una de las cuatro vías tiene algo especial y diferente a lo que conocíamos y por ello todas nos dejaron muy buen sabor de boca, tanto como para recomendarlas.
A la salida del túnel, en medio del barranco.