A estas alturas de la vida, no quiero decir que me considere mayor pero........ el derroche de la juventud hace ya tiempo que paso, aún siento ese empuje de vitalidad que unos años atras me llevo a vivir mi vida como si fuese la unica de que dispongo, unas veces con mejor fortuna y otras, las que menos, con peor resultado.
El devenir de los años me ha dado mesura, equilibrio, tranquilidad e incluso a veces paciencia y la sabiduria necesaria para entender que un monton de virtudes esperan ser descubiertas en detrimento de mis defectos, que todavia se me antojan demasiados.
Por todo eso y un monton de cosas mas que la vida tiene de buena, intentare seguir manteniendo mi espiritu intacto, joven y libre, con la unica finalidad de preservar esa vitalidad que me permita " vivir para ver y ver para creer "
Bienvenidos

jueves, 6 de agosto de 2015

FRACASO


      Falta de éxito o resultados adversos. Derrota, decepción, incompetencia............

A veces esto es lo único que poseo.
      Hace ya mas de un mes de la ultima salida al monte a escalar, hace ya mas de un mes que malos pensamientos deambulan por mi cabeza. La vía en cuestión, sencilla en principio, de unos doscientos metros y con apenas un paso de quinto grado. Después de un par de largos cómodos llega el que tiene el paso clave de la vía. Salida atlética de la reunión, bien protegida por un par de seguros que después, a medida que avanzas, el ultimo empotrador empieza a no parecer tan bueno y cuando ya lo tienes a cuatro o cinco metros de los pies desearías haber metido algo en aquella fisura de mierda de hace tres metros. Sigo sin ver nada y en un alarde de valentía remonto un par de metros mas, aun sencillos, hasta una posición mas o menos cómoda que me permite quitar la mochila y tener mas libertad de movimientos. Al fin consigo encajar un par de levas del alíen azul, te lo puedes creer?? con  tiro perpendicular al de una posible caída, sigues sin creertelo?? yo tampoco. Ya relativamente mas tranquilo evaluo la situación, hacia arriba el quinto esta por llegar, lo vislumbro unos ocho metros en diagonal hacia la izquierda y en su base lo que puede ser un buen emplazamiento para un seguro, pero hasta allí.........nada, como máximo otras dos levas del alíen verde podrían encontrar alojamiento, hacia abajo entre diez y doce metros hasta el ultimo seguro digno de llamarse así y mas abajo la reunión y las repisas contra las que hipoteticamente pararía mi, cuando menos, espectacular vuelo de unos venticinco metros, casi nada........ Por el rabillo del ojo izquierdo veo un brillo y ya sin llegar a girar la cabeza se que es, o al menos eso deseo, un clavo. Esta casi al alcance de mi mano, apenas unos cuarenta centímetros me separan de el, busco una buena presa lateral para la mano derecha, cojo una cinta express con la izquierda y comienzo a estirarme, maldición aun me faltan unos diez centímetros, no puede ser, recoloco el pie izquierdo y por fin rozo el clavo con el mosquetón, que alegría, verdad?? pues no, la cara de imbécil que se te queda cuando el simple roce consigue alejar el clavo otros tres centímetros no tiene desperdicio. Ahora sabes que la situación es sumamente delicada y te acuerdas del buen vivac del que te acabas de levantar para venir aquí a sufrir, a hacer méritos para ver tu vida pasar en una parábola que desnucaría a tu compañero si pretendiera seguirla por encima de su cabeza y hacia atrás de su cómoda reunión con un aterrizaje menos gracioso que la saga de películas de "aterriza como puedas". En fin, ahí estaba yo con esta circunstancia personal cuando en un ultimo estirón conseguí tocar el clavo con la punta de un dedo acercándolo hacia mi y logrando mosquetonearlo. Parecía que todo comenzaba a ir un poco mejor pero tampoco este clavo resistiria, tan siquiera, una brusca tracción, pero al menos estaba un par de metros por debajo del alíen. Cambio de estrategia, en vez de subir, bajar, si podía...... Retiro el alíen, tres metros menos de ostia. Un metro por debajo del clavo meto medio empotrador y me suelto del clavo, otros dos menos. Casi estoy en la fisura de mierda de hace un rato y en un ejercicio de contorsionismo consigo meter el mejor seguro de los últimos cuarenta minutos. Quito el empotrador y destrepo al camalot verde con seguridad. Solo me quedan un par de metros para llegar a la zona cómoda y a tener "solo" una caída potencial de siete u ocho metros. Estudio la jugada, visualizo el destrepe y quito el friend, me descuelgo y estirando, estirando llego al apoyo salvador, descanso todo mi peso en los pies, cojo un par de buenas presas y respiro como no lo había hecho desde hacia un rato. Los últimos cinco metros y dos seguros los solvento con soltura a pesar de que al llegar a la reunión soy plenamente consciente del cansancio físico y mental que acumulo. Unas maniobras de cuerda y un par de rapeles nos dejan en el suelo, ese que hace una hora veía tan lejos.
 
      El cansancio físico se paso en unos días pero el descalabro mental persiste en mi cabeza. Infinidad de pensamientos y sensaciones se contradicen en mi interior. Algunos días pienso haber perdido el feeling con la roca, con la vertical, con el vacío y otros pienso que un mal día lo tiene cualquiera, a veces cuestiono mi capacidad y otras me descubro haciendo nuevos planes de escalada. Cuando lo negativo pesa tanto y la salida mas cómoda parece ser la de abandonar la escalada mi actitud me da nauseas, es entonces cuando me revelo y pienso que el fracaso solo es un nuevo punto de partida.

      Gracies Castaño por aguantar mis debilidades y por cumplir conmigo, estoicamente, la penitencia de bajar por la Jenduda con la mochila de dos días mas el material de escalada.


     Triunfo, exito, logro, fortaleza.