CERVINIA

Siempre presente, todo lo llena.

     
       Cervinia es la estación de ski situada en la vertiente italiana del Cervino. Si, la montaña que todos soñamos como ideal, aquí decidimos pasar nuestra semana anual de ski. Esta vez seria la primera que volaríamos con el equipo de ski, estábamos un poco cansados de cruzar Francia en coche para esquiar. Volamos de Santander a Bergamo, aquí alquilamos un coche y en tres horas en nuestro destino, llegamos con tiempo de organizarnos y dar una vuelta para contemplar la gran montaña, por que el Cervino además de alta montaña es grande, con una masa tan poderosa que no puedes dejar de mirarle.

Hacia Zermatt.

     Seis días, seis, de inmenso ski, casi cuatrocientos kilómetros de dominio esquiable a caballo entre Italia y Suiza, entre Cervinia y Zermatt, a los pies del majestuoso Materhorn. Pistas excepcionalmente largas y anchas, nieve de primera calidad desde los casi cuatro mil metros de las pistas del glaciar hasta los mil seiscientos en Suiza y dos mil en Italia, la suerte meteorológica se puso de nuestra parte y resistió todos los días en forma de cielos azules y despejados. Poca gente esquiando y mucho espacio para esquiar libremente sin aglomeraciones..

En la pista del glaciar a tres mil ochocientos.

Como no podía ser de otra manera, esquiábamos desde las nueve de la mañana hasta que la estación cerraba sobre las cuatro y media, aprovechando para hacer la ultima bajada del día mas tarde que la mayoría y disfrutar de las pistas casi vacías para al final llegar al coche hacia las cinco, vaya que los días completos, completos. Al llegar al apartamento una ducha rápida y  a la calle para disfrutar los últimos rayos de Sol y tomar unas cervezas antes de cenar e irnos a la cama temprano a descansar que al día siguiente nos esperan muchos metros de desnivel.

Al Sol en las terracitas.

Las vistas diarias.

   Las vistas eran increíbles, no en vano estábamos inmersos en plenos Alpes. Todas las montañas que nos rodeaban eran preciosas pero una en particular llamaba siempre nuestra atención, y la mía en particular, el Cervino, ese maravilloso cuerno que parece nacer de las inmensidades de la tierra para adentrarse en el mismo cielo. Casi tan poderoso como el Cervino es el enorme macizo del Monte Rosa, repleto de glaciares y arista nevadas casi irreales.



    Seis días pasan rápido, sobremanera si lo estas pasando realmente bien, este era nuestro caso, así nuestros días aquí terminaron. El ultimo día a ultima hora el cielo dijo basta y se cubrio poco a poco hasta reventar en una nevada que a poco estuvo de dejarnos allí atrapados, como no queriendo que nos fuésemos. Hasta pronto dije yo, y nos lanzamos carretera abajo a las dos de la mañana en dirección al aeropuerto donde teníamos que estar a las cinco y volar de vuelta a casa a las siete. Ahora a pensar en la del año que viene.

Comienza a nevar y es hora de irse amigos.

       En Cervinia esta casi todo caro, en Zermatt esta todo carisimo. Encontrar pan de buena calidad fue misión imposible, nosotros lo intentamos a diario y no hubo forma de encontrarlo, pero ni medio decente. Pero chico, que vistas de esa maravillosa montaña.

    Cuidense que aun queda invierno, aunque los paxaros estén como están por la mañana.