VUELTA AL MACIZO ORIENTAL EN BTT

El equipo preparado para la acción.

   Llevábamos varios meses pensando en darle la vuelta al macizo oriental de los Picos de Europa y entrenando lo que se podía, unos mas que otros y algunos incluso a escondidas. Tras un aplazamiento de la fecha original al fin llego el día de salir, todo estaba listo y bien organizado así que, nos fuimos a Fuente De a dormir con la intención de ser los primeros en la cola del teleferico al día siguiente, después de madrugar y soportar una larga espera el remonte mecánico nos dejo en la estación superior del telecabina.


Por los Puertos de Aliva


    Rodeados de altas cumbres comenzamos a pedalear para ganar los pocos metros de desnivel que nos separaban de la Horcada de Covarrobles y con ella la máxima altitud de la ruta, contentos por el descenso que nos esperaba nos lanzamos pista abajo en dirección a Sotres donde llegaríamos un par de horas y un pinchazo mas tarde. Unas cuantas y duras pedaladas mas nos llevaron al Collado de la caballar, desde donde con un pedaleo mas tranquilo alcanzamos el Jitu de Escarandi para deslizarnos por el monte de Valdediezma entre la niebla hasta la fuente del Vau de los Lobos donde el hambre nos hizo parar a comer y descansar un poco, unas fotos a los tritones de la fuente y nuevamente a lomos de las bicicletas, esta vez con un frenético descenso al pueblo cántabro de Bejes con la presencia del Collado Pelea que comenzaba a presentirse como una batalla. Las primeras rampas hormigonadas dejaron las cosas claras, da igual lo que hayas entrenado para venir hasta aquí, nunca sera suficiente para subir por ellas.

     Tras las primeras e inhumanas rampas de hormigon llegaron las segundas e inhumanas rampas de tierra, aquí descubrimos el verdadero significado de la palabra dureza que golpeo nuestras mentes durante el resto de la subida, bien empujando las bicis o en los cortos tramos en los que eramos capaces de, en un alarde de furia, pedalear. El sufrimiento de la ascensión se vio recompensado con la seguridad de saber que lo habíamos dado todo pero el agotamiento pisoteo nuestro Ego y nuestras miserias personales afloraron para hacernos entender que nuestra fuerza es ínfima comparada con la Naturaleza.



Tras la batalla campal.

          El descenso de Pelea es igual de pendiente que la subida así que nuestros antebrazos sufrieron tirando de frenos, aunque ya se sabe que para abajo hasta la ............baja. Llego la zona mas laberíntica de la ruta para bordear la carretera de Potes por las alturas encadenando pueblo tras pueblo a través de pistas en continuo sube y baja, tras varias perdidas de la pista adecuada y con el cansancio acumulado en nuestras piernas comenzamos a barajar la posibilidad de dejarnos tentar por un rápido descenso en busca del asfalto, después de varios intentos para dar con una buena dirección que no fuese cuesta arriba nos rendimos a la evidencia y a la llamada salvaje de la cerveza fresca, así que pillamos la primera pista en bajada y rápidamente llegábamos a Potes a toda velocidad por carretera. Nos organizamos y fuimos al pueblo de la Hermida a cenar y a descansar nuestros huesos con la intención de realizar al día siguiente la vía ferrata. Aunque había voces que clamaban por un descanso dominical total quedamos en dormir y esperar al día siguiente para decidirlo. La suerte estaba echada, este fin de semana seriamos Aguilas a tiempo completo, pero esa es otra historia..................