Estos cántabros no paran, desde que descubrieron el filón de las ferratas inauguran una tras otra, pero nosotros tampoco las dejamos pasar y en cuanto nos enteramos allí estamos. En este caso habría que advertir que se trata de una ferrata mini, ya que es tan corta que la terminas en un plis, una pena ya que el muro por donde transcurre es verdaderamente guapo y compacto, a su favor la variedad de pasos que tiene para lo corta que es.
Rose en los primeros pasos. |
Así de buena es la travesía. |
Dos días después, sentados en una terraza frente a unos vermuts preparados, estaba contándole a Txelo las excelencias de esta ferrata y que seria ideal para que probase. No creo que por su cabeza hubiera pasado nunca la descabellada idea de subirse por una pared. Pero, no se si por mi insistencia o por los efectos del alcohol, acepto, se vino arriba y pusimos fecha, tres días mas tarde estábamos en la Hermida poniéndonos el arnés, el casco y ajustando los disipadores. Un marianito en el bar, por aquello de animar el espíritu y para arriba.
Sus primeros pasos en una ferrata. |
Esta ya tiene una buena colección de ellas. |
La ferrata comienza por un diedro, que empezaremos a ascender por el centro para luego pasarnos a su lado izquierdo, una vez llegados a un pequeño techo que nos cierra el paso comenzamos una gran travesía sobre el río, quince metros mas abajo.
La travesía, que no es muy difícil, si que exige atención y algún pequeño esfuerzo ya que en algún momento avanza por terreno semidesplomado. También tiene algunos pasos en los que cogiéndose a la roca el ambiente que se genera es bastante alpino y muy visual, ya que el río transcurre bajo nuestros pies dando un toque diferente a esta ferrata.
El diedro de salida y su ambiente. |
Abandonamos la travesía por un marcado diedro, fácil por los escalones rocosos pero muy aéreo. La arista final, sencilla y con buenas vistas del pueblo nos exige algo de atención pues aquí la roca no es de muy buena calidad.
La arista final sin complicaciones. |
Una vez en la escueta cumbre de esta aguja solo resta un descenso hacia el río por una canal evidente que nos deja en el inicio de una bonita tirolina que como punto final cruza sobre el cauce del río, gran final para dejar un buen sabor de boca. Ya en la carretera caminamos hasta el pueblo, pasamos por delante de los bares y nos resisitimos a la tentacion, mas por el hambre que por las ganas de una cerveza fresca.
Los graciosos de turno, haciendo el indio. |
El vídeo que enlazo esta editado con las tomas realizadas durante las dos veces que hice la ferrata, primero con Rose y cinco días después con Carlos, Txelo y Susana.
A divertirse sin pestañear y hasta el final.
No hay nada mas de que hablar, tu vas al monte, yo voy al mar...........e, e, e, eso es todo amigos.
que bien lo pasamos,esto es un no parar
ResponderEliminarSi, Txelo es todo estilo y una artista, esperemos que repita. Y....... os habreis fijado que soy la unica que lleva mochila, esto ya es explotacion jjajajajajaj
ResponderEliminarSergio te encontre!!! jajaja. Gracias por la info, la semana pasada la fice con el enano. Te enlazo al mi blog, asi te tengo controlado jajajaaj, un abrazo
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