A estas alturas de la vida, no quiero decir que me considere mayor pero........ el derroche de la juventud hace ya tiempo que paso, aún siento ese empuje de vitalidad que unos años atras me llevo a vivir mi vida como si fuese la unica de que dispongo, unas veces con mejor fortuna y otras, las que menos, con peor resultado.
El devenir de los años me ha dado mesura, equilibrio, tranquilidad e incluso a veces paciencia y la sabiduria necesaria para entender que un monton de virtudes esperan ser descubiertas en detrimento de mis defectos, que todavia se me antojan demasiados.
Por todo eso y un monton de cosas mas que la vida tiene de buena, intentare seguir manteniendo mi espiritu intacto, joven y libre, con la unica finalidad de preservar esa vitalidad que me permita " vivir para ver y ver para creer "
Bienvenidos
martes, 25 de noviembre de 2014
PEÑA CASTIL UN ACIERTO DE INTENTO.
Tras la tormenta viene la calma.
Un intento que se queda en eso no tiene por que ser fallido, de hecho, este intento a Castil fue todo un acierto. Durante muchos años Peña Castil y su Canal del Fresnedal fueron mi muro de los lamentos. Allí acudía al menos un par de veces al año, para empezar el invierno y el verano, con nieve y sin nieve, a probar la forma con la que afrontaba la nueva temporada. Mirar cara a cara al Fresnedal tiene algo de intimidatorio y a la vez de superación, nunca te dejara impasible, todo tipo de sentimientos se mezclan en la cabeza y lo bueno es que mientras subes tienes tiempo de sobra para reconocerlos y pensar en ellos. Cuando llegas a la Horcada de Camburero y crees que estas a punto de terminar llega la sorpresa final, la ultima rampa hasta la cumbre, otra visión que, por si sola, hace que te tiemblen les patuques. Así que, con mal tiempo y no habiendo llegado a la cumbre, esta salida fue todo un acierto.
El Fresnedal después de hacer su trabajo.
Después da pasar una buena noche en la furgo de Castaño, desayunamos, preparamos las mochilas y salimos hacia les Vegues de Sotres, donde empieza la canal. Aquí estamos, yo nuevamente frente a ella, Casta por primera vez, yo se lo que me espera, para el un descubrimiento. Poco a poco vamos ascendiendo y cogiendo ritmo a la vez que nos desprendemos de la ropa de abrigo que entorpece nuestros movimientos en esta impertinente pendiente. A media canal, el primer revés, empieza a nevar, ahora toca poner el gore, que no quitaríamos hasta, casi, el final del día.
Castaño en acción.
Disfrutando de la penitencia.
En el monte merece la pena ser respetuoso y aprender de ello, toca poner la otra mejilla, además de nevar, al llegar a la horcada sopla el irascible viento del Norte que en ocasiones nos hace doblar la rodilla. Aun así hay ganas, no en vano acabamos de dejar el Fresnedal a nuestros pies. Guiamos nuestros pasos hacia la rampa final, pero la Peña no esta de acuerdo y nos lanza otra advertencia en forma de gélido viento que hace que empecemos a replantearnos la situación. Los dos pensamos, aunque negamos la evidencia, que la situación esta clara, este, hoy, no es nuestro sitio, cuando cortejas a una dama no es cuestión de enojarla, necesita su tiempo, mas si se esta engalanando para el invierno. La siguiente intentona dura escasos metros, nos detenemos ante una placa de roca verglaseada por una fina capa de hielo y cubierta con la nieve recién caída, el panorama hacia arriba es desalentador, las llambrias de roca se mezclan con las placas de hielo en las que los copos de nieve bailan freneticamente al son del rugido de Eolo, ni siquiera tenemos que mirarnos, simplemente nos damos la vuelta, sin amargor, con alegría, una retirada solo representa una nueva oportunidad de regresar, un nuevo comienzo. Quizás como agradecimiento nos deja verla, por un rato, para ponernos la miel en los labios, para que no nos olvidemos de ella, para que la sigamos deseando. El descenso es largo pero Casta y yo tenemos mucho de que hablar y nuestro deseo a quedado aplacado, así que charlamos alegremente hasta que el hambre nos obliga a parar, un pequeño trozo de verde y unas piedras son el mejor comedor que me puedo imaginar para esta ocasión. Nos reímos mientras caminamos y llegamos a la furgo donde nos ponemos ropa caliente para templar el cuerpo. Un vistazo arriba, el viento continua vistiendo de invierno la peña. Ahora, a casa.
Mi cielo, este suelo.
En esta ocasión solo Castaño y yo juntamos nuevamente nuestros destinos. Resulta reconfortante caminar junto a alguien con el que has compartido tanto a lo largo del tiempo, lo bueno, lo mejor y tanto que agradecer, deseo que por mucho tiempo mas. La dama espera que la visitemos este Invierno.
Como viene siendo habitual os enlazo el vídeo de la actividad y como extra podéis ver la crónica de Casta con sus fotos y sensaciones en su blog "castacangas" aquí al lado, que las disfruten.
Saturno esta muy frío porque nunca hace calor, pingüinos resfriados, pingüinos congelados, Saturno esta muy frío porque nunca hace calor.
Ahhhhh, y las chicas en bikini que parecen aspirinas.........que????????
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