Hace unas semanas fuimos a escalar a Quiros, que es la escuela de escalada Asturiana por definición, aunque ahora ya abundan hubo un tiempo en que practicamente era la única, ir a Quiros a escalar no solo era un entrenamiento, además era una prueba, una medida, alguna de sus vías eran ( y son ) verdaderos limites a superar y su realización te indicaría a que te podrías enfrentar en las altas paredes de los picos, aun hoy sigue siendo así. Siempre recordare como con mi padre y mi hermano preparábamos el material y las ascensiones de esas vías que nos habrían de dar las claves para adentrarnos en los mares de caliza de paredes como la Oeste del Picu, la Sur de Peña Santa y muchas mas. Tanto marcan esos días y esas ascensiones que aun hoy siempre que voy a Quiros oigo la misma pregunta de boca de mi madre, vas a hacer La Amarilla? Y dentro de mi cabeza se agolpan aquellas sensaciones y me pregunto, como carajo voy a volver a subir por ella sin el martillo y los clavos?.
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Karmele degustando la caliza asturiana |
Pues tampoco esta vez hice La Amarilla, pero nos lo pasamos muy bien, buen tiempo, poca gente y una buena cena en la parrilla del pantano, todo ello en buena compañía fue un coctel excelente.
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me lo pienso |
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y parece que lo consigo |
Dormir en Quiros cuando el tiempo es bueno siempre es un placer. El obsoleto, horroroso y nunca utilizado rocodromo construido en el Llano sirve de exclusiva habitación con vistas, delante de la puerta de acceso y en un pequeño rellano de la escalera hay sitio para dos, tres y hasta cuatro personas dependiendo de las comodidades que cada uno requiera o de lo amigos que se sea.
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habitación con vistas |
Con la fresca subimos a escalar y aprovechamos lo que buenamente pudimos gracias a San Ibuprofeno que mitigo un poco los efectos secundarios de las Sidrias de la noche. Un ligero picoteo como comida y fuimos a descansar nuestros cuerpos a la playa de Vega, donde tumbados al Sol y entre sueño y sueño charlamos sobre todas esas cosas que nos dan el escalar y la vida.
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vistas desde la habitación |
Soy consciente de que algún día tendré que purgar mis pecados, la seguridad de las chapas cercanas, la comodidad del Bloke, el dormir cerca del coche, las cálidas ropas de monte de diseño, la cantidad de aparatos nuevos, raros y novedosos, por todo eso y mas que nos aleja de nuestros valores tradicionales de la escalada y el alpinismo tendré que enfrentarme a mis miedos y mis fantasmas, a mis mentiras y mis verdades como penitencia que permita al guerrero seguir luchando y buscando esos limites que otorgan la libertad.
Si mama, tienes razón, tengo que repetir La Amarilla de una puñetera vez.
Hay que hacer aquello con lo que disfrutas en cada momento, ni penitencia ni na, el monte ye pa disfrutar...
ResponderEliminarUn abrazu!!!