A estas alturas de la vida, no quiero decir que me considere mayor pero........ el derroche de la juventud hace ya tiempo que paso, aún siento ese empuje de vitalidad que unos años atras me llevo a vivir mi vida como si fuese la unica de que dispongo, unas veces con mejor fortuna y otras, las que menos, con peor resultado.
El devenir de los años me ha dado mesura, equilibrio, tranquilidad e incluso a veces paciencia y la sabiduria necesaria para entender que un monton de virtudes esperan ser descubiertas en detrimento de mis defectos, que todavia se me antojan demasiados.
Por todo eso y un monton de cosas mas que la vida tiene de buena, intentare seguir manteniendo mi espiritu intacto, joven y libre, con la unica finalidad de preservar esa vitalidad que me permita " vivir para ver y ver para creer "
Bienvenidos

martes, 4 de febrero de 2014

LA ACEITUNA NEGRA

     
Aceitunas de colores.
         Aquella tarde, de hace casi cuarenta años, estaba solo en casa, mi madre hacia la compra. Era un bonito y frío día de principios de primavera , de esos en que el Sol parece no querer ponerse. Miraba el cielo azul desde la ventana de la cocina cuando mi padre entro en casa y me pregunto si quería ir con el a ver a un amigo con el que tenia que hablar. Mientras el preparaba unos papeles yo salte dentro de mis botas, subí las cremalleras y me puse una chaqueta, ya estaba listo.
        De camino buscamos a mi madre para decirle que nos íbamos juntos, la encontramos en la frutería. Era la típica de los años setenta, con dos grandes escaparates donde mostrar la mercancía, uno a cada lado de la puerta con marcos de madera pintados de verde, también los conocí pintados en otros colores pero ese día eran verdes. La fruta por aquel entonces era fruta, con sus marcas, sus imperfecciones y sus temporadas, nada de fresas en invierno ni naranjas en verano, cada cosa a su tiempo. La frutera, al igual que el resto de tenderos de otros gremios, hacia las veces de lo que ahora llamamos redes sociales, ponía al día a unos y a otros de todos los dimes y diretes del barrio. Mientras mi madre terminaba la compra mi padre esperaba y yo miraba con incredulidad a las aceitunas, !! Las había Negras ¡¡. La frutera noto mi sorpresa y me ofreció una, me la metí en la boca y descubrí su diferente y profundo sabor, me gusto tanto que me pase horas chupando el hueso.
        Desde entonces prefiero las aceitunas negras a las verdes y nunca me olvidare de aquella primera vez ni de aquella frutería con sus marcos de madera.
        Ahora ya ningún niño podrá descubrir el sabor de una aceituna negra en aquella frutería, ahora, sus marcos son de aluminio y es una carnicería.