KRANJSKA GORA

Las coníferas resistiendo al frío.

    Este año encaminamos nuestros pasos en busca del hielo a esta pequeña población eslovena en plenos Alpes Julianos. El entorno es de alta montaña, bastante agreste a pesar de las modestas alturas, pues su máxima altitud se queda en 2800 metros frente a los cuatromiles de los Alpes centrales. Los valles que se adentran en las montañas están cubiertos de espesos bosques de coníferas y son de fondo totalmente plano, por lo que apenas ganan altura, situándose a unos 1000 metros aproximadamente van a estrellarse contra las grandes paredes que caen casi verticalmente de las cumbres, con desniveles en torno a los 1600 metros.

   Visitamos varias zonas de cascadas pero ya desde el primer día nos dimos cuenta de que la abundancia de hielo no seria la tónica en este viaje, así que nos tocaría mendigar y buscar hielo donde fuese, hasta nos hicimos unos cubitos en el congelador del apartamento. Fuimos probando diferentes valles, cada uno de ellos con diferentes condiciones, hielo siempre escaso y por norma general con agua corriendo por su superficie, cosa incomprensible ya que la temperatura rondo casi siempre los 10 bajo cero, llegando a escalar a 13 bajo cero.

La cave de Predil sin terminar de formar.

     A pesar de las escasas condiciones de hielo intentamos escalar todo lo que pudimos, que para eso era el viaje, escalamos en medio de paisajes increíbles, con grandes paredes por telón de fondo e incluso en medio de un bosque de hayas en la frontera entre Eslovenia e Italia, aun custodiada por varios artilugios de guerra, ahora mudos, cañones que fueron testigos de la estupidez humana.



Haciendo el indio.

        Esta claro que los inviernos ya no son como antes, pero este se lleva la palma, los motivos de la falta de hielo se reducen basicamente a dos, primero la temperatura, nos comentaron en el pueblo que lo habitual en la zona eran los 20 bajo cero, apenas rozamos los 15 bajo cero, segundo las precipitaciones, o lo que es lo mismo, poca nieve y por tanto poco agua, en fin una serie de catastróficas desdichas que este año se aliaron contra nuestros intereses para impedirnos escalar hasta hartarnos, lo que no impidió que nos lo pasásemos bien, estupendamente creo yo, aunque con ganas de buscar una buena zona para el año que viene y quitarnos la espinita de este viaje. Quien sabe donde acabaremos? el mundo es grande y esta lleno de lugares maravillosos por descubrir.



En plena faena, metiendo un tornillo.

       Solo nos queda esperar que lo que resta de este atípico invierno nos de alguna pequeña alegría, que nos permita clavar un poco los piolets en alguna cascada de nuestra geografía para sacudirnos el mono.

   Sean buenos, damas y caballeros.
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